Cáncer:
El cáncer parece ser una enfermedad tan antigua como lo es la vida
de los organismos multicelulares en nuestro planeta. Son testimonio de ello los
tumores encontrados en los huesos de fósiles de dinosaurios o en las momias
humanas descubiertas en Egipto y Perú.
La cirugía y el tratamiento con determinadas sustancias son
recursos adoptados desde hace cientos de años para combatir esta enfermedad que
sigue siendo en muchos casos mortal; en el año 2000 a.C. se practicaba en la
India la extirpación de los tumores, y alrededor del año 180 d.C.se inicio el
empleo de ungüentos a base de arsénico y plomo para el tratamiento de tumores.
Bajo la denominación de cáncer se
engloban, en realidad, distintas enfermedades que varían en sus manifestaciones
clínicas y en su respuesta a las medidas terapéuticas, pero que comparten
mecanismos desencadenantes comunes.
Se han descrito más de 100 formas
distintas de cáncer de acuerdo con el órgano o tejido en el que se originan.
Los más frecuentes son los llamados carcinomas, que constituyen cerca del 90%
de los canceres, y se generan de los epitelios o capas celulares que
recubren la superficie de nuestro cuerpo, tal vez porque este tipo de tejidos
son los que más proliferan y/o porque suelen ser los más expuestos a varias
formas de daño físico o químico relacionadas con el desarrollo de cáncer.
Las leucemias y los linfomas se
producen a partir de las células formadoras de la sangre (hematopoyéticas) que
residen en la médula ósea y en los tejidos linfáticos y,
aunque son menos frecuentes que los carcinomas, causan mayor impacto moral,
social y económico pues afectan a niños y jóvenes lo cual puede reducir su
esperanza de vida y productividad.
Los sarcomas son los más raros y se
originan en el tejido conjuntivo y en las estructuras de soporte, musculo,
nervios, así como en los vasos sanguíneos y linfáticos.
El cáncer se encuentra en la actualidad
entre las dos y cinco primeras causas de muerte en los países desarrollados y
en algunos grupos poblacionales de diversos países en desarrollo; los más comunes
son los de pulmón, estomago, mama, colon/recto y del cuello del útero; aunque
los tipos de cáncer predominantes pueden variar de un país a otro.
Tipos de modulación del comportamiento
celular:
En las primeras etapas del desarrollo
de un organismo multicelular, a partir de una célula huevo que inicia su
división activa, las señales que le indican a cada célula hija cuando y que
tanto dividirse, así como que funciones efectuaran son, en un principio,
elaboradas, secretadas y vueltas a captar por ellas mismas o por las células
vecinas de un mismo tipo. A esta forma de modulación del comportamiento
celular, al que recurren frecuentemente las células cancerosas para sortear los
controles que limitan la división de las células normales, se le conoce como
regulación autocrina.
Poco a poco, y a medida que se inicia
la diferenciación celular, este tipo de regulación deja de funcionar para
ser reemplazada por otra, la regulación paracrina,
en la que unas células producen y secretan las señales(células señaladoras) y
otras células vecinas las captan y responden a ellas (células “diana” o
“blanco” de las señales).
Con la aparición del sistema
circulatorio y el crecimiento del organismo embrionario, las distancias se
hacen más grandes, y ahora las señales requieren viajar a los lugares distantes
en los que se encuentran las “células receptoras”, cuyas funciones
serán reguladas como resultado del mensaje transmitido por ellas. Esto es lo
que se conoce como regulación endocrina.
Evolución del cáncer en etapas:
La transformación de una célula normal
en una célula cancerosa o maligna no parece tener lugar en un solo paso, sino
que se produce por etapas. En los tejidos accesibles para ser estudiados como
la piel o el cuello del útero, se han podido observar alteraciones sutiles de
algunas células como la metaplasia y la displacia. La metasplacia consiste en la
transformación de un tipo celular maduro en otro también maduro; este proceso
no necesariamente está asociado con la carcinogénesis. En la displacia las
células adquieren una morfología y comportamiento distinto al de las células
vecinas. Nuevas modificaciones en las células tumorales traen consigo una
proliferación ilimitada que se extiende hacia los tejidos aledaños, lo que da
lugar a los tumores cancerosos o malignos. Cuando un tejido adulto y
diferenciado cambia su morfología por la de uno menos diferenciado, se
dice que es anaplásico, lo cual está directamente asociado
a las neoplasias malignas.
Aunque la radiación solar es fuente de
energía y de vida, entre los primeros agentes reconocidos como cancerígenos
para el ser humano se encuentran las radiaciones ultravioleta y las ionizantes
,provenientes del sol, y a las cuales se ha expuesto desde épocas más remotas
desarrollando principalmente carcinomas escamosos y melanomas en la piel ,así
como cáncer en los labios. Se estima que la luz ultravioleta puede ser
responsable de 90% de los cánceres en los labios, de 50% de los melanomas y 80%
de los demás tipos de cánceres de la piel, además de que se piensa que la luz
solar puede estar relacionada con 1 a 2% de todas las muertes por cáncer.
Entre los factores que incrementan la
vulnerabilidad de los individuos ante la radiación solar se encuentran:
· La cantidad de pigmento y
habilidad para broncearse,
· La herencia
· La exposición a sustancias químicas y
· La cantidad de exposición a la luz
solar.
Fuente:
Libro: Cáncer: Herencia y ambiente
Autor:Cristina Cortinas
Editorial:Fondo de Cultura Económica
No hay comentarios:
Publicar un comentario